lunes, 30 de noviembre de 2009

Diciembre se escapa de nuestras manos

- Y siempre voy a estar contigo.
- No digas tonterías. Esas cosas no se pueden decir... ya sabes que 'siempre' es mucho tiempo.
- Pero yo te lo juro... te lo juro porque no he estado más seguro de nada en mucho tiempo.
- ¿Aun cuando llueva tanto que se borren las líneas de las carreteras?
- O incluso más...

Cómo convertir una tarde de domingo en algo excepcional volumen I.

Róbame (que me dejo..)

viernes, 27 de noviembre de 2009

Supongo que en el momento en que te preguntas si algo ha cambiado es porque ya lo ha hecho.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

¿Vas a decirle que la quieres?

Ella sale de casa y ni siquiera se da cuenta de que se ha olvidado las llaves dentro. Dirige sus pasos por las calles de Madrid mientras no mira a su altura. Tiene miedo de hacerlo. Él le dijo una vez que si lo hacía se marcharía en ese mismo instante. "Haz lo que quieras, pero yo tengo el adiós a mi lado...". Entonces baja las escaleras del metro y se siente segura. Se quita el gorro y una preciosa melena despeinada cae sobre su espalda. Vuelve a acordarse de lo que le prometió el último día que se vieron. Vuelve a recordar que fue a la persona que más quiso. Y entonces cae en la cuenta que no es lo que un día juró ser y se encuentra una flor roja encima del asiento 33.

martes, 24 de noviembre de 2009

Me dueles cuando me miras así

Daniel siempre fue mi nombre favorito.

(no sé qué tendrán las entradas cortas, que siempre son mis favoritas).
Me gusta verte sonreír.
Me gustas hasta cuando no me miras.
¿Puedes recordar el día en que te quise?
Todo está bien ahora mismo. Soy muy feliz.

Favio siempre consigue arrancarme sonrisas.
Tal vez es pensar en tí y que absolutamente todo se vaya colocando en su sitio.

Tal vez es que me haces sentir mejor.
Sabes que vas a tenerme siempre para tí.

No sabes el poder que tienes sobre mi.
Quiero que sea verano.
Al final resultará que todos somos el resultado de una extraña combinación de sonrisas, miradas y matemáticas aplicadas a la vida. Quiero que sepas que voy a estudiarte para aprenderte (aunque ya sé que nunca voy a hacerlo del todo).
9.

lunes, 23 de noviembre de 2009

sábado, 21 de noviembre de 2009

Cuando tú no estás conmigo (Prólogo)

Os dejo el prólogo de la novela que espero acabar algún día, cada sábado colgaré un capítulo. Os deseo un genial fin de semana mientras yo me lo paso entre hojas de castellano, latín, inglés y historia.

CUANDO TÚ NO ESTÁS CONMIGO.


Prólogo

Y tenía tan mala suerte que tuvo que conocerlo por casualidad.

Ella tenía tantas ganas de conocer mundo que a menudo olvidaba seguir las normas, lo cual lo llevó a las mejores y peores cosas de su vida. Caminó por miles de calles que se hizo propias, conoció más sonrisas de las que quiso en un principio, consiguió aprender a tocar el piano, a viajar en globo y a abrazar a las personas sin que se lo pidieran. Pudo conocer a personas especiales y dudó en miles de ocasiones, pero le daba igual porque en ese momento era feliz. Nada en su vida era normal, aunque ella quería que lo fuese. Es raro, ilógico. Irreal. Tenía en sus manos las ideas de ella, de él y de todos, pero las cambio en una partida de póker por algo que ya ni siquiera recuerda. Casi descubrió que su vida era un engaño, aunque ya lo pensaba desde hacía tiempo, solo que aguantaba un poco más para saber si tenía que actuar. Y se decidió por quedarse callada en un rincón. Y ese fue, probablemente, uno de los peores errores de su vida.

Le encantó que hiciera todas esas cosas que él ya no recuerda… como dedicarle esa canción.

jueves, 12 de noviembre de 2009

El 27 de noviembre en que me enamoré de tu sonrisa.

Las 12 de la noche tocaron cuando menos se lo esperaban. Y entonces se arrepintieron de no haber saltado por ese precipicio. Tal vez les habría salvado la vida. Tal vez ahora no tendrían que enfrentarse a lo que se tenían que enfrentar. Tal vez si no se arrepintieran tanto tendrían tiempo para pensar cómo salir de allí.

Paolo respiró y le cogió la mano a su hermana. Él, en un intento desesperado de supervivencia, empezó a correr haciéndole hacer lo mismo a ella. Él iba delante, daba zancadas enormes, los pájaros se quedaban atrás si es que el mundo iba al revés. El aire entraba en ellos casi al mismo tiempo que lo abandonaba y el corazón no podía ir más deprisa. Ni siquiera sabían por qué calles estaban corriendo. Oyeron detrás suyo un ruido y se giraron apresuradamente. Paolo cogió a Lizzie en brazos y plantó cara al peligro. O a lo que él creía que era el peligro.

Comprendió entonces que todos esos meses fuera de casa, todos los fines de semana que había mentido a sus tíos, todos los robos, todo, absolutamente todo, no había valido para nada. Y le jodió saber eso. Estaba jodidamente convencido de que todo hubiera seguido otro curso si él hubiera dicho la verdad.

Lizzie no lo creyó del todo, por cierto. Y aprendió que los días pares no son buenos para decir la verdad.

domingo, 8 de noviembre de 2009

Él se escribe con sonrisas.

La luz disminuyó y el mundo pareció detenerse. Se miraron directamente a los ojos y se arrepintieron. Se acordaron de todos los otoños que habían pasado juntos y se odiaron por hacerlo. No querían volverse a ver pero lo hacían constantemente. Se seguían queriendo. Mucho. Demasiado. Se querían de la peor de las maneras. Se odiaban de la mejor de ellas. Decían que no pero sabían perfectamente que desde que se habían separado las cosas no habían ido bien. Él había sido un auténtico capullo con todas las personas y ella había roto todo su mundo. Pero no iban a decirlo. Eran demasiado orgullosos. Pero qué más da ya. Eran unos orgullosos enamorados que no se tenían el uno al otro. Las sonrisas se escaparon. El suelo tembló. Nada sería como antes. Lo sabían y pensaron que todo, antes, era perfecto. Darían lo que fuera para que todo volviera a ser como hace 3 años. Regalarían todas las tormentas. Escribirían con sangre que no pueden vivir el uno sin el otro. Pero no lo harían porque eran unos putos cobardes.

... al final resultará que las matemáticas si son exactas.

lunes, 2 de noviembre de 2009

73 sonrisas mientras yo te comía con la mirada...

Martes.

Ada tiene el presentimiento de que está lloviendo. Sale apresuradamente al balcón y miles de gotas le impactan en la cara. Hace poco que ha salido el Sol, las calles están desiertas. Coge su abrigo y un gorro. Y no se olvida de su bufanda, por supuesto. Abre la puerta y sale corriendo. Por las calles solo se ve la ve a ella. La acompañan unos rayos de luz. Salta y sonríe. Hacía mucho tiempo que no hacía eso. Para cuando quiere darse cuenta está mojada de arriba a abajo y está estornudando. Sonríe por eso y salta encima de un charco. Con la mano derecha se quita el gorro y vuelve a saltar. Se quita las gotas de la cara, se revuelve el pelo y piensa que nada puede ser más perfecto.

Miércoles.

Ada está en la cama y su mejor amigo es el ibuprofeno.




Creo que mi imaginación está de viaje por alguna parte que desconozco y que mi bola del mundo no gira hace demasiado. Yo también estoy ibuprofénica. Nada puede ser más perfecto, pero a lo mejor el viernes me parten el corazón. Feliz semana.