lunes, 20 de diciembre de 2010

Te deslizas por mi pelo (no quiero darme cuenta de que te has ido)




Has de saber algo: desde que me he dado cuenta de que el universo es más infinito que nunca, te he echado demasiado de menos. No me preguntes la razón; he estado buscándola día y noche, en libros, canciones, miradas y manos... y no la he encontrado. Quiero hacerme creer que es algo del destino, tal vez algo demasiado tierno planeado por ti (o por el mar). Después de todo tampoco es tan mala idea creer que tú has aparecido en mi vida porque yo estaba esperando encontrar a alguien que le diera sentido a la palabra 'magia' (y guárdame el secreto, porque desde que te conozco, desde ese 25 de marzo del 2010, no he dejado de utilizar esa palabra -hasta entonces inexistente en mi vocabulario-). He jugado con todo lo que me has dicho, he movido las palabras, las he ordenado, las he mutiplicado y dividido y, por muchas combinaciones que haga, no pueden dejar de ser tan jodidamente especiales. Debes saber, al fin y al cabo, que no he dejado de querer escribirte cada rincón del cuerpo, al menos con la mente, susurrándote en la clavícula que contigo me siento feliz, escribiéndote con el indície en la muñeca que te he querido antes de conocerte y rozándote la nuca con la nariz para que entiendas que la lluvia fue la que consiguió que me atreviera a hacer todo esto.

Por todo esto, supongo, creo en la música para decirte que nunca he conocido un diciembre tan cálido, ni una mirada tan fría. Nunca he creído en nadie como he creído en ti, y por eso quiero compartir contigo las páginas de este libro; siéntate a mi lado y déjame conocerte. Déjame tocarte el corazón.

viernes, 26 de noviembre de 2010

Y de repente, un día cualquiera de un mes cualquiera... tú estás ahí.

Que no hay escalofrío en mi cuerpo
que no sea por ti

Porque no te das cuenta
y cantas canciones
que yo apenas conozco
como si de algún modo
ya no lo hiciera contigo tampoco

En medio de todo el caos
de todos los gritos
del frío, del miedo, de las ganas de comerse el mundo
tú, como siempre, desde que te conocí
brillabas

Aquí y allí, tú y yo éramos perfectos
y a veces te toco
estás en todos lados
eres infinito

Juegas conmigo
desapareces

Y hoy, lo admito
estoy enamorada de ti

(y no sabes hasta qué punto eso me asusta)




sábado, 20 de noviembre de 2010

Sí, todavía estoy a tu lado.

Noah creía que ya lo tenía todo perdido. Se había enamorado de uno de esos chicos raros -el que siempre pasa desapercibido para el resto del mundo- pero para ella... para ella era la persona que llevaba esperando toda la vida. Y él no lo sabía, pero ella ya se había fijado en él muchos meses atrás.

Cuando estaba con él se le iluminaban los ojos. No pasaban grandes ratos juntos, pero sí los suficientes como para que ella empezara a darse cuenta que, desde el primer momento en que lo había conocido, una parte de ella estaba completamente enamorada de él.

Creo que cuando te enamoras ves a esa persona como la mejor del mundo; es como si de repente giraras entorno a alguien, como si ya no importara todo lo demás. Se habían conocido exactamente 242 días atrás, en una ciudad que brillaba en sus aguas y lloraba por las noches porque quería a sus habitantes y sabía que el frío y la humedad les gustaba.

Noah podía decir muchas cosas sobre aquel chico. Incluso sin conocerlo del todo, podría hacer una lista infinita de cosas que supone. Y, aunque no se lo haya dicho a nadie, yo sé que ha hecho una lista de cosas que hacer con él si es que algún día están juntos.

En la primera lista, la más subjetiva, tiene apuntadas, de momento 13.859 cosas sobre él. No son cosas serias, son más bien cosas que ha visto, ha notado o ha sentido. Noah cree que él tiene magia en los bolsillos y que su sonrisa es suficiente para alegrarle el día. Y cree firmemente que él no sabe que alguien suspira por él todas las horas del día. No debe ni imaginárselo. Es por eso que ella tampoco le da ninguna señal, porque en el fondo tiene miedo. En esta lista también tiene apuntado que seguro que es un chico listo. Y, para qué vamos a engañarnos, un chico especial. Noah cree mucho en las personas especiales y en la bondad de todas las personas. A veces se ha llevado algún chasco, pero nunca pierde la fe. Sabe que en el fondo todas las personas del mundo tienen un corazón noble. Y quiere contárselo algún día. También cree que él tiene el poder de cambiar el humor de las personas y que es el chico más bonito que ha visto en toda su vida. No por lo que es, sino por cómo la hace sentir. A Noah le gusta porque la hace sentir única y bonita, aunque él no se de cuenta.

En su lista de cosas que hacer también tiene muchas cosas. Y no sé si debería, pero os las voy a decir. Espero que nunca lea esto, porque a lo mejor se enfada. Aunque no creo, porque desde que le gusta este chico, está de mejor humor. Y es muy feliz, y le transmite esta felicidad a la gente.

Pues bien, ahí voy. No os dejéis impresionar: no creo que Noah se atreva nunca a decírselas. Tiene miedo de perderlo -si es que se puede perder a alguien que no se ha tenido-, así que, pensándolo mejor, solo os voy a decir la última que tiene apuntada ahora mismo.

"Hacernos felices mientras crecemos en el infito"

Es bonito ¿verdad? Noah siempre ha creído mucho en estos términos y estas cosas. Y bueno, me ha contado que se lo va a decir pronto. Solo está buscando el momento. Hasta ahora ha tenido unos cuantos, pero no se ha atrevido. Yo creo que debería apostar por él. Según me ha contado, es un chico especial y hace que sienta cosas que nunca había sentido. La hace sentir bien. La hace sonreír. La hace creer en la magia. Y, no sé vosotros, pero yo creo que cuando encuentras a alguien así, no has de dejarlo escapar. Es muy jodido pasarse la vida preguntándose qué hubiera pasado si se lo hubiera dicho.

Pero sí. Yo creo en la magia de Noah y en su valor. Y estoy segura que cuando se lo diga, va a haber una explosión de bolas de nieve y fuegos artificiales.

lunes, 27 de septiembre de 2010

La buhardilla deshabitada

Barcelona es mágica - me contaba- porque guarda todos nuestros secretos.

Habíamos llegado a ese rincón del mundo porque yo se lo había pedido. Le había prometido que allí seríamos las dos personas más felices del mundo, pero, en realidad, a mi el lugar me daba igual. Yo era feliz si él estaba a mi lado, el punto geográfico exacto no me importaba demasiado.

Muchas semanas atrás, cuando estábamos sentados viendo el último atardecer del verano, le hice una de las preguntas más especiales de mi vida.

- ¿Qué te hace feliz?

Me miró, sonrío, y me besó en la nariz. Me apoyé en su hombro y nos quedamos así. Oliendo su respiración, sabiendo que era eso lo que me daba la vida.

Cuando era casi de noche, y los colores ya se habían ido, y los gatos ya habían salido y tú y yo estábamos más enamorados que nunca, me respondiste:


- Tú.

- ¿Yo? ¿Yo qué?
- Tú me haces feliz. Cuando vienes por las mañanas y me das uno de esos abrazos de oso... me haces feliz. Cuando me llamas para decirme que me echas de menos. Cuando te miro, y me sonríes, y vienes corriendo hacia mi me haces feliz. Me haces feliz los siete días de la semana. Y me haces feliz cuando te enfadas, porque estás más guapa todavía. Me haces feliz porque viste en mi lo que nadie había visto. Porque fuiste la primera que se ganó mi corazón. Me haces feliz porque no eres como las demás. Porque crees en la felicidad, y en la música y en las estrellas. Porque eres lo que yo nunca he sido. Me haces feliz porque eres buena, y eso me da fe en la humanidad. Y me haces feliz cuando me cuentas tus teorías para cambiar el mundo, porque sé que no hay persona con más bondad que tú. Me haces feliz porque eres valiente por los dos. Y porque en el fondo, sé que vas a cambiar mi mundo de arriba abajo. Me haces feliz con tus sonrisas. Cuando me juras que mi nariz es la más bonita del mundo, y mis manos, las más cálidas. ¿Quieres saber por qué soy feliz? Porque tú eres feliz. Y porque tú me das ganas de serlo. Me hace feliz tenerte en mi vida, y por eso te quiero. Porque eres de mi mundo, lo mejor.

Después de esa conversación se abrazaron, se susurraron a la oreja y se juraron amor eterno.

- Tú eres la felicidad de mi vida, porque ante
s de ti yo solo era una buhardilla deshabitada pero por tus abrazos, por tus secretos, por tus besos y por tus promesas he ido construyendo cada rincón de este sitio. Tú has puesto los muebles, has arreglado el suelo, has pintado las paredes y has llenado el lugar con fotos y recuerdos que nunca olvidaré. Los libros que tengo ahora están llenos de palabras que me has dicho, y lleno de hojas en blanco que todavía nos quedan por escribir. Porque antes de ti yo era un sitio solitario, y ahora soy un sitio con miles de cosas que nunca podré dejar de recordar. Porque hoy estreno sitio, y tú estás en cada rincón de esta casa. Y, estar contigo, me hace feliz.




lunes, 13 de septiembre de 2010

"Peor que el olvido fue frenar las ganas de verte otra vez"




El frío de la calle entraba en sus bocas y todavía no eran conscientes de que ese iba a ser su día. Había llovido pocos minutos antes, con la antelación de los autobuses que pasan antes de hora. Se habían esperado durante trece meses, siete días, dieciséis horas y ochenta mil millones de latidos en dos camas vacías. A veces había sido todo tan duro que habían estado a punto de abandonar, pero no lo hicieron. Nunca. ¿Y queréis saber por qué? Porque se lo habían prometido trece meses, siete días, dieciséis horas y ochenta mil millones de latidos antes, una tarde de domingo cuando se comían a besos en la parada de un autobús que no iba a pasar porque había terminado su línea.

Sin embargo, y con el miedo de los que tienen cosas que perder, juraron que las cosas no cambiarían nunca. Se fueron a una pequeña tienda situada en uno de los barrios más transitados de la ciudad, donde en la trastienda de un anticuario había un antiguo colega con una tienda ilegal de tatuajes. Se miraron a los ojos y en seguida lo supieron.

Una hora y media después salieron cogidos de la mano, con los dedos entrelazados, y la palabra que definía su relación tatuada en la muñeca.

Mendigaron otros tantos besos en un parque y empezó a llover. Para cuando quisieron darse cuenta las horas del reloj habían pasado más rápido que nunca y se tenían que ir.

Aunque se prometieron que nunca se dejarían de pensar y que, trece meses, siete días, dieciséis horas y ochenta mil millones de latidos después se volverían a ver en el mismo sitio.

- Te he echado de menos- dijeron al mismo tiempo.

Ambos sabían que lo habían hecho mucho más de lo que nunca podrían decir.

Después se abrazaron y se dieron el beso de esquimal más largo de la historia. Estaban más enamorados que nunca.

martes, 24 de agosto de 2010

Te vas, te vas, te vas... y yo siempre te espero.



No consigo cansarme de ti, todavía no me hago a la idea. Y me repito una y otra vez que lo que importaba antes eran las miradas, y que ahora ya no. Ahora ya nada de eso es importante, lo hemos vendido todo. Nos hemos convertido en desconocidos. Si te viera en la calle, probablemente, giraría la cara y me pondría a pensar en todas las cosas que tengo por hacer. ¿Nunca lo has pensado? ¿Nunca has pensado en cuántas canciones te faltan por escuchar? (y cuántas de esas se van a convertir en tus favoritas...) ¿Nunca has pensado los sitios que se van a convertir en tus escondites secretos? ¿Nunca has pensado en cuántas bocas vas a besar? No me lo creo. Que, aunque no queramos, todos pensamos esas cosas.

Sé que estás más cerca de lo que pienso.


lunes, 23 de agosto de 2010

Érase una chica tan tan especial ...que vivía con los ojos cerrados

y soñaba con los ojos abiertos.

Cuentan -o eso dicen por ahí- que a lo largo de tu vida te encuentras con personas que, aunque no te des cuenta, te cambian un poquito. Personas que hacen más por ti a lo mejor sin darse cuenta que proponiéndoselo. Cuentan, también, que las mejores personas las encuentras siempre por casualidad, que eso no está escrito en ninguna parte y que es mejor no forzar las cosas. Un día crucé la vista en un Flickr, un comentario que me hizo conocer a una de las chicas más dulces que he conocido nunca. Aunque ella no lo sepa (porque seguro que no lo sabe) ha hecho que me vuelva un poco de mi imaginación -esa que se fugó hace semanas y semanas- y ha hecho que disfrute con cada cosa que ella escribía. Hacía que me identificara con cada línea, cada frase, cada palabra... hacía que creyera. También me acuerdo de cuando nos dijimos, casi de broma, que este iba a ser el año "Fearless" lo cual al final acabó un poco mal... y solo quería aprovechar esta oportunidad (porque después nos damos cuenta de que a lo mejor es demasiado tarde) para decirte, Verónica, que eres una chica imaginativa, creativa, atrevida, soñadora y muy muy especial que encontrará en la vida todo lo bueno, porque te lo mereces. Porque tú estás destinada a ser feliz. Y quiero decirte también que eres una de esas personas que se ha de conocer sí o sí, por la vitalidad y las ganas de vivir que desprendes. Hoy le doy la oportunidad a todos mis lectores de conocer a una chica como tú... que estoy segura que no se arrepentirán de conocerte jamás. Tienes el don de la escritura y también el de la sonrisa. El del arte en todos los sentidos, en el de soñar. Gracias por haberte colado en mi vida.

(Visítala... http://snoopymepone.blogspot.com)

viernes, 16 de julio de 2010

Esto es lo que pasa cuando no pasa nada

Que nos miramos y no sentimos nada.

Que ya no respiras igual.

Que te echo de menos y sé que tú a mi no.

Que me siento mal por no poder tenerte.

Que creo que hemos nacido para estar juntos.

Que te quiero a mi lado.

Que te dedico cada canción que escucho.

Que desearía estar contigo en cualquier lugar.

Que me partes el corazón.

Que lo vuelves a recomponer.

Que, al fin y al cabo, aprendo que tú y yo nunca vamos a ser nada. Pero habríamos sido asombrosos juntos, mucho más que estando separados.


martes, 13 de julio de 2010

Ya no eres como antes.


Juegas conmigo.

desapareces...

Y yo sigo aquí, como siempre. Esperando verte en la misma calle cada mañana aunque sé que tú no vas a aparecer. No durante uno o dos meses.

miércoles, 23 de junio de 2010

Dame un beso en la nariz (parte uno)

Nuestro número siempre será el 25, tenlo presente.

Estamos de cara. Me miras y me sonríes, no puedo apartar la mirada de ti. No entiendo, no llego a entender, cómo alguien puede ser tan perfecto. Acerco mi mano temblando, como si tuviera miedo de que la rechazaras. La pongo encima de tu camiseta, a la altura de tu cintura, y te acerco un poco más a mi. Nos quedamos cara a cara, y te noto más cerca de lo que estás. Respiras. Me gusta tu olor. Nos volvemos a mirar a los ojos, y me digo a mi misma que tengo delante lo más bonito que existe. Tú. El chico que me hace sonreír con solo mirarme.

La habitación es totalmente blanca y la pared tiene letras negras. Las hemos pintado media hora antes, y tus mensajes son lo más dulce que he visto en mucho tiempo.

Te sonrío. Te miro a los ojos y sonrío. Y haces lo mismo. Me gusta tu sonrisa porque es como mágica. Me gusta cómo soy cuando estoy contigo. Me gusta tenerte tan cerca y saber que puedo hacer lo que quiera contigo. Me gusta saber que no tienes miedo. Me gusta mirarte. Me gusta que estemos cara a cara. Me gustas tú. Y me gusta cómo llevas sonriendo todo este rato.

Te acerco más a mi y de repente me doy cuenta de todo lo que significa esto. De todo lo que significa que estemos tan cerca. De repente todo es muy frágil.

Vuelvo a sonreír y me acerco peligrosamente hacia ti. Ya estamos a escasos centímetros. Me pongo de puntillas y te beso en la nariz. Sonríes. Tu mano derecha es ahora la que toma la iniciativa, y se posa encima de mi cadera. Miro la mano que acabas de mover y hago lo mismo pero contigo. Así estás tan dulce que me das ganas de estar así toda la vida.

Mi mano derecha sube un poco más por tu camiseta, y la aprieto entre mis dedos a medida que me acaricias con la mano que tienes en la cadera. Levantas mi camiseta un poco, sólo un poco, lo suficiente para hacerme estremecer. Bajo la mirada para vernos desde arriba, y me das un beso dulce en la cabeza. Levanto la cara entre avergonzada y feliz, y me besas en la nariz.

Seguimos cara a cara. Juraría que el tiempo no pasa, me siento tan bien contigo a mi lado que no me importaría que los relojes se pararan justo ahora. Mi mano derecha se va a tu bolsillo; no sé exactamente la razón pero creo que ahí esta segura. Levantas tu mano izquierda y me miras, como pidiéndome permiso. Yo me río y tú lo entiendes.

Te tiembla la mano y actúas a cámara lenta. Acercas tu mano a mi mejilla y la acaricias. Pareces nervioso, pero en realidad no es así. No existen nervios para un momento como este.

Me siento la persona más feliz del mundo.

Me atrevería a decir que me encantan tus manos, y el modo de ellas de tocarme.

Seguimos mirándonos, durante todo este rato no nos hemos quitado los ojos de encima. Una vez me prometí a mi misma que el amor es lento, y eso es lo que hago. No tengo impulsos, solo quiero sentirte.

Mi mano derecha trepa por tu camiseta y llega a tu cuello. Mi dedo índice hace presión sobre tu garganta y después mi mano entera te acaricia el cuello en todas las direcciones posibles. La dejó ahí, en tu nuca. Sabes perfectamente lo que quiero hacer ahora. Lo que pensé que quería hacer la primera vez que te vi.


domingo, 2 de mayo de 2010

Esta es la última vez que escribo algo para ti. Te lo prometo.

¿Nunca has sentido que tienes delante a la persona indicada para entregarle tu corazón?

Eran finales de noviembre y las cosas se habían complicado un poco entre nosotros. Ya casi ni hablábamos y, si lo hacíamos, era para reprocharnos cosas que nos habían dolido en su momento. Quizás ese fue el error principal, pero supongo que no puedo culparme por no haberlo sabido en su momento. Nadie se puede culpar por haber querido a una persona. Nadie excepto tú.

Pocas veces al año recuerdo por qué fuiste tú. Porque, precisamente, fuiste tú a quien yo decidí querer con tanto entusiasmo, como si me fueran a pagar dinero por hacerlo o como si fuera a ganar un título . A día de hoy creo que te he olvidado, del mismo modo que también me has olvidado tú.

El secreto, el verdadero secreto para olvidar a alguien, no lo sabe nadie. Es algo que aprendes por ti solo, quiero decir, es válido para ti pero no para otras personas. Qué jodido ¿verdad? Ojalá fuera tan fácil olvidarte y hacer ver que nada ha pasado. Ojalá pudiera despertarme un día y decir ‘¿cómo se llamaba aquel chico que se quedó con mi corazón a los 17?” Pero no. No puedo. Nadie puede. Y duele, claro que duele, pero al fin y al cabo el dolor es algo que nos acompaña a lo largo de nuestra vida.

Juraría que el día en que las cosas cambiaron los dos lo notamos al mismo tiempo. Creo que es así, porque aunque nos doliera mucho ya no nos mirábamos de la misma manera. En cambio aprendimos a mirarnos con otros ojos. Nuestras miradas ya no eran tiernas, nuestras miradas tenían ahora una mezla de pena y culpabilidad, del mismo modo que también tenían miedo. Quizás más la mía, porque nunca quise mirarte demasiado después de que cambiaran las cosas porque tenía miedo de lo que podías decirme sin hablar.

Tuve miedo de no saber quererte y así salieron las cosas. Me prometí a mi misma ser menos yo para aprender a ser más tú, como si eso lo solucionase todo. No lo sé, pensé que tal vez, con un poco de suerte, si yo ponía más de mi parte… las cosas se solucionarían. Pero hay un momento (seguro que todos habéis pasado por el) en que te das cuenta que una relación -ya sea de amistad, de amor o familiar- hay un momento máximo. No sé si sé explicarlo. Es un momento triste, abatidor. Es el momento en el que te das cuenta por primera vez que esa relación, ese vínculo establecido entre dos personas, ya no puede crecer más. Y sabes que forzarlo ya no serviría de nada, porque ha durado lo que tenía que durar. Porque ninguno de los dos está dispuesto a ceder más.

Siempre hablé de mi misma en tercera persona porque creía que así las personas que leyeran algo mío no se darían cuenta de que yo era la protagonista de casi todas mis historias. Porque nunca me gustó hablar de mi y a día de hoy tampoco me gusta, pero me da menos miedo. Porque yo he aprendido que hay veces en que no está mal que la gente reconozca algo tuyo, como leer algo sin título ni autor y decir ‘oye, esto se parece mucho a lo que escribe ella” y entonces preguntármelo a mi y decir, muy educadamente, “sí, es mío” y después de eso sonreír, porque reír es más complicado.

Total, que me desvío del tema. Lo que quería decirte hoy, como te digo casi todos los días que escribo algo para ti, es que quiero que sepas que me gustaría seguir siendo algo tuyo, algo que tengas contigo, algo que sonrías al recordar. Y sé que no es fácil, para mi tampoco lo es, pero te aseguro que vale la pena. Si nos queríamos antes de esto… ¿por qué no vamos a querernos después?

Y una última cosa… por muchas veces en que las cosas entre nosotros dos no hayan ido de la manera en que me hubiera gustado, quiero que sepas que fuiste y eres una parte de mi vida. Y que no estás en la sección de “errores” sinó en la de “lecciones para aprender”. Yo también te echo de menos.


viernes, 23 de abril de 2010

Pues qué decepción, ¿no? El amor, digo...

He llegado a la conclusión de que tengo una capacidad innata para complicarme la vida y que, aunque tú eres una complicación, estoy dispuesta a arriesgarme por ti. Después de eso, sin embargo, no puedo evitar pensar que se me partiría el corazón saber que tu estás aquí por pena. Hay veces en que nos prometemos a nosotros mismos que aprenderemos la lección. Hay veces, incluso, en que nos creemos que tenemos controlada la situación. Pero, amigos míos, siento deciros que no es así. Nada en esta vida se puede controlar. No de la forma en la que estoy pensando. Ojalá a veces todo fuera tan fácil como apretar un botón para volver un tiempo atrás, jurándote a ti misma que ésta vez las cosas las vas a hacer bien. Vamos... no nos engañemos. ¿Quién no se ha sentido con el corazón roto? Y sin embargo seguimos creyendo en que un día habrá alguien que realmente vuelva a recomponerlo. No con pegamento, sino con palabras y promesas hechas a oscuras. Promesas que se cumplen porque hemos decidido que las cosas ahora se van a cumplir. Si digo algo, lo hago. Si te digo que te quiero... no lo dudes. No dudes del hecho de que somos almas gemelas, no dudes de que hemos venido a este mundo para estar unidas... no dudes ni siquiera de la idea que a lo mejor nos hemos conocido antes. A día de hoy no alcanzo a entender si esas miradas significan algo... pero quiero que sepas que un simple cruce de miradas hace mi día un poco más genial. Puedes reírte de mi, pero todos nos hemos sentido así.

Y aun así me pregunto si vas a bailar conmigo ésta noche cuando todos estén dormidos, cuando seas más mío que nunca. Quiero saber si tu boca es igual de especial que tú.

viernes, 16 de abril de 2010

Explícame que más necesitas para entender
de una vez por todas que
estoy ENAMORADA de ti.

domingo, 11 de abril de 2010

Somos bichos raros.

"Rió nerviosa.

- No sé que me ha pasado. No te ofendas, pero a veces una se siente más libre de hablarle a un extraño que a la gente que conoce. ¿Por qué será?

Me encogí de hombros.

- Probablemente porque un extraño nos ve como somos, no como quiere creer que somos".


En el instante en que nuestros ojos se cruzaron, supe que nada sería igual. Las cosas habían cambiado bastante desde la última vez que le vi y, sinceramente, no tenía ganas de verle nunca más. Decidí entonces quedar con él y explicárselo, para que no fuésemos dos personas que en un pasado habían compartido algo de lo que ni siquiera estaban orgullosos. Quería tenerle cerca, pero no así. Le cité en el peor lugar posible, para que doliera menos. Dios sabe porqué las cosas salieron así, pero, en cierta manera, sabía que estaba haciendo lo correcto.

Cuando le vi cara a cara... cuando le vi cara a cara las cosas cambiaron mucho, pero sabía que tenía que hacerlo.

- Antes de todo, quiero que sepas que ésta es la última vez que hablo contigo sobre ésto. Quiero que sepas que me ha costado tomar esta decisión, pero es que en el fondo sé que es lo correcto. No lo he hecho antes porque, no lo sé, tal vez creí que no era capaz. Y ahora que pienso en ti y no siento nada, sé que es el momento oportuno para decírtelo. Malgasté muchas horas por ti. No te culpo, fue algo mío y lo sé, pero tal vez si tu no hubieras venido ese estúpido septiembre a esa estúpida clase de inglés me hubiera ahorrado muchas cosas. Y lo hubiera preferido, la verdad. Nada de lo que ha pasado en estos tres años ha valido la pena. Lo siento, pero es así. Yo me intentaba engañar a mi misma pero hay un momento en que te das cuenta de la verdad. Ni tus estúpidas palabras que lograban sacarme sonrisas ahora valen. Durante demasiado tiempo tuviste sobre mi un control inexplicable que, a día de hoy, me parece algo estúpido. Me dejé dominar por alguien a quien no conocía. Lo más preocupante es darme cuenta que a día de hoy tampoco le conozco. En definitiva, ya da igual. No hay nada que nos junte ahora que el amor -si se le puede llamar así- ha desaparecido. Ya no me hace feliz pensar en ti o en tu nombre. Es algo que ya ha dejado de tener sentido.

Intentó replicarme, pero me alejé. Sentí que tenía esa última frase en mi cabeza, así que me obligué a mi misma a girarme y a decírsela.

- ¿Quieres saber por qué lo nuestro no funcionó? -me miró y se quedó callado- porque nos hicimos acreedores de canciones que contaban nuestra historia, como si eso lo solucionase todo.

Fui cruel y me dolió, pero hay veces en que hay que pensar en un mismo. Si no nadie lo va a hacer por ti.

http://www.youtube.com/watch?v=YIlipCYcOhw :)

viernes, 2 de abril de 2010

¿Sabes cuántas veces sonreí pensando en ti?

Primero nos prometimos -a ciegas, como se hacen todas las promesas que duran para siempre- que siempre que lloviera nos acordaríamos el uno del otro. Después nos juramos querernos como se quieren dos extraños; de verdad. Sin mentiras. Siempre me ha fascinado la idea de que los extraños sepan más de ti que tus amigos. Es lo que pasa cuando un desconocido te hace sonreír como él hizo conmigo.

Después de muchos años de no confíar en nadie llega un momento en que te dices a ti misma que, tal vez, va siendo hora de hacerlo. Sabes que no va a ser fácil, que, al fin y al cabo, ya te han herido antes. Has perdido todas, TODAS las esperanzas que tenías en tu mejor amigo; te has decepcionado. Cuando nacemos deberían decírnoslo. Lo de cuántas personas te van a decepcionar, digo. Para hacerte una idea de cuanto va a doler.
Así almenos no se te queda cara de gilipollas cuando pasa. Pero total, es algo que todos tenemos que pasar así que sonreír me parece la mejor manera de no pensar en ello.

¿Nunca os habéis sentido fuera de lugar con alguien que antes era vuestro lugar para esconderos? (Hayquejoderse)

Me he enamorado.

He estado buscando frases que describieran lo que siento, pero ninguna me parecía suficientemente real. ME ENCANTAS. Eso es lo más real que he encontrado. Suena indecente, pero es la verdad, es la puñetera verdad. Me encantas en todo el sentido de la palabra. Me encanta la manera en la que andas, en la que sonríes, en la que juegas con tu pelo. Me gustó verte dormir y verte despertar, ponerte un gorro, chocarte contra una esquina y reírte conmigo. Me encantó tenerte cerca, que me hablaras, que te ofrecieras voluntario para comprarme una agua cuando lo pedí. Sí, me encantas. ¡Joder! Eres jodidamente perfecto.

Y sí, tal vez yo no sea la chica perfecta. Es más, no lo soy. ¡Ni de coña soy la chica perfecta! Pero es que tampoco quiero serlo. No quiero ser una más. No me voy a rebajar a eso. Aunque tu pareces adorable.

Es extraño como he podido estar escribiendo tanto tiempo sobre ti sin ni siquiera conocerte y, ahora que lo he hecho, quedarme corta con las palabras. Me da mucha rabia eso, no poder escribir lo que siento, pero es que no hay manera de expresarlo.

¿Mencioné ya que últimamente sonrío mucho más...
... y que es gracias a ti.?

Tal vez algún día nos den el manual de instrucciones para usar el corazón. Mientras tanto... improvisaremos, como se ha hecho toda la vida.

¿Quieres saber algo? Si algún día nos conocemos más te dejaré leer esto. Para que sepas más de mi.

Me encanta saber que no eres como él.


miércoles, 17 de marzo de 2010

- Has hecho lo que tenías que hacer.
- Ya lo sé, pero eso no me hace sentir mejor.





sábado, 6 de marzo de 2010

El chico de la sudadera blanca...

... al que me pasaba mirando todos los ratos que podía.


A veces me gusta saber que no me quieres
porque es verdad, porque es mejor
quiero pensar que mientes
...
pero en el fondo sé que no.


lunes, 15 de febrero de 2010

Llueve y no estás.

"when you're so mad you could CRY but I'll hold you through the night until you smile"

(♥)

- Espera... quiero contarte un secreto.

Entonces él, nervioso por esa frase, se giró hacia ella. Nada podía ser más perfecto.

- Díme.
- Verás... yo, bueno, ya sabes... creo que tendríamos que hablar.
- Ah... ¿de qué?
- No te hagas el tonto.

Se hizo un poco más de noche.

- Te quiero.

Él se paralizó, y ella bajó la mirada.

- ¿C? ¿Có? ¿Cómo dices? -dijo entre tartamudeos.
- Que sí... que te quiero.
- No. Tú no me quieres a mi.

Ella entristeció y sus manos se juntaron.

- Claro que te quiero a ti. ¿Qué necesidad tendría de decirtélo si no fuera cierto?
- Cállate.

Ella no entendió nada, por supuesto. Y le odió por eso.. había esperado meses y meses buscando el momento oportuno, la oportunidad exacta para decírselo.. y ahora que se lo había dicho.. todo era más complicado todavía.

- ¿Eh?
- Que no quiero oírlo. No quiero. ¡Claro que no quiero! ¿Cómo se te ocurre decirme esto? -la miró y siguió hablando con el mismo frío- Has estado tanto, tanto tiempo hablándome de ese tío, Gerardo, Alberto o como quiera que se llamara y ahora me vienes con esto.. ¿qué se supone que te tengo que decir? ¿Eh? Dímelo. ¡Dímelo porque NO LO ENTIENDO!
- ¿Qué te pasa? ¿Por qué me hablas así?
- Que no sé como se te ocurre decirme esto. Ya sabes que he sido tu compañero; para lo bueno y también para lo malo, he estado contigo siempre y he creído en ti incluso cuando tú no lo has hecho. Y ahora me vienes con esto.. hay que joderse. HAY QUE JO-DER-SE.
- ¿Estás bien?
- Sí, claro que estoy bien. Estoy mejor que nunca. Estoy andando por el cielo porque por fin, por fin después de 1 año, 4 meses, 28 días, 3 horas y -miró su reloj- 29 minutos me has dicho lo que tanto deseaba oír desde el día en que te vi por primera vez.

(Entonces me recordé a mi misma que hay veces en que las cosas SÍ salen bien, en que SÍ son como en los cuentos. Aunque sé que éste es solo un relato de mi imaginación no desconfío en que algún día todos vamos a ser queridos por alguien así. Y entonces, ese día, todos seremos muy felices. Todos nos vamos a querer mucho, mucho más, ¡claro que si!. Porque existirá un día en que el amor sea nuestro pan de cada día y ese preciso día no va haber nadie triste.)


Porque yo quiero ser parte de ti.
Para abrazarte siempre.
Para que confíes en mi.
Para secarte las lágrimas.
Para querete mucho.
Y ser parte de ti.

Y cuando te olvides de qué día es, entonces, sólo entonces, sabrás que eres verdaderamente feliz :')



martes, 9 de febrero de 2010

¿Cómo sigo mirándote a la cara y pensando con el corazón?

A lo mejor ese es el problema. Tal vez ya no te quiero igual precisamente por eso, porque pienso en quererte y eso se me hace extraño. Porque me acuerdo constantemente de lo que te dije y me repito interiormente "idiota idiota idiota idiota" y entonces sonrío pero me siento mal al mismo tiempo. Pero es divertido en parte. Nadie sabe lo que siento. No. Me gusta salir poco rato al pasadizo para verte, siempre hablando con tus amigos. Pero estás ahí y yo te veo tan frágil y tan delicado... en realidad creo que no eres así. Creo que nadie sabe como eres, creo que tienes miedo de mostrarte... tengo la teoría de que a lo mejor es por una mala experiencia... no lo sé, tal vez tienes mucho miedo y aunque con tus amigos de clase puedes ser un poco tú necesitas a alguien que te comprenda más allá de lo que tu muestras, no sé si me explico.



A mi me gustaría ser ese alguien, de verdad. Pero no sé como ir allí y hablarte teniendo en cuenta que no lo he hecho nunca. Yo también soy demasiado tímida. Pero ¿sabes? Creo que seríamos el equipo perfecto.


lunes, 1 de febrero de 2010

Y mañana... ¿vas a quererme todavía?

De todos modos eso ya da igual. De todos modos es ya demasiado tarde.


A no ser que…



A no ser que todavía tengas esa estúpida necesidad que tengo yo de estar cerca de ti cada minuto que pasa.



Desde lo sucedido no he podido dormir bien. He tenido pesadillas constantes. He creído ver tu cara en sitios imposibles. He llorado y he escuchado mi corazón romperse.



Tampoco hace falta dramatizar… tampoco te he echado tanto de menos. De hecho estoy mucho más bien sin ti. He creído caer a veces, pero se ha solucionado rápido. Con una sonrisa.



Estas cosas pasan. Yo solía decírmelo antes pero cuando te conocí no lo dije durante 3 largos años. Supongo que te tenía al lado y eso sobraba. Supongo que veía lo que quería ver. Supongo que tú ya lo sabías.



Cambiaste. O cambié yo. Tal vez cambiamos ambos. De todos modos eso ya no importa. Al fin y al cabo solo fuimos amigos. Solo eso. Y era suficiente. Sí, te lo juro. Para mi fue suficiente siempre, e incluso me sobraba. Pero no…. Para ti no.



Maldita sea… para ti no. ¡Claro que no! ¿Cómo va a ser suficiente algo que te obliga a buscar diversión en otras personas?



Soy idiota.



Y siempre voy a repetírmelo.



Nunca confíes en quien te ha fallado. Tal vez, sólo tal vez, si me hubiera aplicado esa puta frase a mi vida ahora no estaría escribiendo esto.



Pero ahora ya da igual


.


sábado, 23 de enero de 2010

¿Sabéis una cosa?






Quiero que mi vida siempre esté ligada a los animales.
Sí. Eso es lo que da sentido a mi vida.
Sin ellos no sé como sería. Sin ellos yo no sería quien soy.
Creo que son demasiado importantes para mi.
Y no entiendo que haya gente
que no los considere así.

Quintu&Proa

jueves, 14 de enero de 2010

Te quiero

Es complicado y bonito a la vez ¿verdad? Es querer que sea de día y de noche al mismo tiempo, es desear un abrazo pero antes un beso, un invierno antes que un verano... es complejo, ya lo sabes.

Tú deberías estar aquí. ¿Sabes lo que habría dado por haberle dicho a tiempo "quédate"? No. No lo sabes. ¡Claro que no lo sabes!. ¿Cómo ibas a saberlo? Nunca te preocupaste por eso.

Da igual, en todo caso no podemos reprocharnos nada. Ninguno de los dos hizo lo correcto. Ninguno de los dos se sacrificó lo suficiente (o tal vez es que nos sacrificamos demasiado y míranos...) Ahora no sirve de nada preocuparnos por eso. Solo espero que algún día nos miremos y pensemos a la vez "lo jodí todo y ahora me arrepiento".

Aunque claro, mejor no. Mejor cada uno por su camino. Creo que estos días no mereces... aunque no sé si yo tampoco te merezco a ti.

Te quiero.

¿Te lo crees? Yo hace tiempo que no...


Me gusta sonreír por cosas estúpidas. Me gusta mucho ser feliz.

sábado, 9 de enero de 2010

Voy a mentirte...

... pero créeme igual.

TE ODIO. Mucho. Muchísimo. Te odio por todo lo que me has hecho y por todo lo que me harás.

Te odio porque cada día te quiero un poco más (pero guárdame el secreto...)
__________________________________________

Por casualidades de la vida hace unos días me encontré con que una chica buscaba ayuda para un foro y ahora soy administradora. A todos vosotros, amantes de las letras, os recomiendo pasar por este rincón mágico donde compartir historias y conocer personitas adorables.

La dirección es http://paiscuentacuentos.foroactivo.com y os esperamos ahí. Registraros y empezad a contarnos vuestras historias.

¡Os esperamos! :)

miércoles, 6 de enero de 2010

Adiós



Ahora que te has ido, pequeño, ahora que no me vas a alegrar con tus cantos, ahora que no te vas a asustar cuando me acerque a ti, ahora que ya no me mirarás con esos ojitos, ahora que no voy a tener que cambiarte el agua cada día, ahora que no podré tocarte, ni mirarte, ni decir 'qué guapito eres', AHORA me doy cuenta de cuánto me va a doler no verte cada día antes de irme al instituto, cuando va a dolerme no decirte adiós antes de salir de casa ni sacarte al jardín... aunque tu canto va a estar por siempre en mi cabeza y en mi corazón, igual que tus colores, tus ojos, tus ganas de vivir... cómo volabas y como te quería. Hoy te has ido físicamente pero vas a estar siempre conmigo. Te lo juro.♥


Es curioso ¿no? Cómo se les coge tanto cariño a unos seres tan pequeñitos y frágiles...