viernes, 26 de noviembre de 2010

Y de repente, un día cualquiera de un mes cualquiera... tú estás ahí.

Que no hay escalofrío en mi cuerpo
que no sea por ti

Porque no te das cuenta
y cantas canciones
que yo apenas conozco
como si de algún modo
ya no lo hiciera contigo tampoco

En medio de todo el caos
de todos los gritos
del frío, del miedo, de las ganas de comerse el mundo
tú, como siempre, desde que te conocí
brillabas

Aquí y allí, tú y yo éramos perfectos
y a veces te toco
estás en todos lados
eres infinito

Juegas conmigo
desapareces

Y hoy, lo admito
estoy enamorada de ti

(y no sabes hasta qué punto eso me asusta)




sábado, 20 de noviembre de 2010

Sí, todavía estoy a tu lado.

Noah creía que ya lo tenía todo perdido. Se había enamorado de uno de esos chicos raros -el que siempre pasa desapercibido para el resto del mundo- pero para ella... para ella era la persona que llevaba esperando toda la vida. Y él no lo sabía, pero ella ya se había fijado en él muchos meses atrás.

Cuando estaba con él se le iluminaban los ojos. No pasaban grandes ratos juntos, pero sí los suficientes como para que ella empezara a darse cuenta que, desde el primer momento en que lo había conocido, una parte de ella estaba completamente enamorada de él.

Creo que cuando te enamoras ves a esa persona como la mejor del mundo; es como si de repente giraras entorno a alguien, como si ya no importara todo lo demás. Se habían conocido exactamente 242 días atrás, en una ciudad que brillaba en sus aguas y lloraba por las noches porque quería a sus habitantes y sabía que el frío y la humedad les gustaba.

Noah podía decir muchas cosas sobre aquel chico. Incluso sin conocerlo del todo, podría hacer una lista infinita de cosas que supone. Y, aunque no se lo haya dicho a nadie, yo sé que ha hecho una lista de cosas que hacer con él si es que algún día están juntos.

En la primera lista, la más subjetiva, tiene apuntadas, de momento 13.859 cosas sobre él. No son cosas serias, son más bien cosas que ha visto, ha notado o ha sentido. Noah cree que él tiene magia en los bolsillos y que su sonrisa es suficiente para alegrarle el día. Y cree firmemente que él no sabe que alguien suspira por él todas las horas del día. No debe ni imaginárselo. Es por eso que ella tampoco le da ninguna señal, porque en el fondo tiene miedo. En esta lista también tiene apuntado que seguro que es un chico listo. Y, para qué vamos a engañarnos, un chico especial. Noah cree mucho en las personas especiales y en la bondad de todas las personas. A veces se ha llevado algún chasco, pero nunca pierde la fe. Sabe que en el fondo todas las personas del mundo tienen un corazón noble. Y quiere contárselo algún día. También cree que él tiene el poder de cambiar el humor de las personas y que es el chico más bonito que ha visto en toda su vida. No por lo que es, sino por cómo la hace sentir. A Noah le gusta porque la hace sentir única y bonita, aunque él no se de cuenta.

En su lista de cosas que hacer también tiene muchas cosas. Y no sé si debería, pero os las voy a decir. Espero que nunca lea esto, porque a lo mejor se enfada. Aunque no creo, porque desde que le gusta este chico, está de mejor humor. Y es muy feliz, y le transmite esta felicidad a la gente.

Pues bien, ahí voy. No os dejéis impresionar: no creo que Noah se atreva nunca a decírselas. Tiene miedo de perderlo -si es que se puede perder a alguien que no se ha tenido-, así que, pensándolo mejor, solo os voy a decir la última que tiene apuntada ahora mismo.

"Hacernos felices mientras crecemos en el infito"

Es bonito ¿verdad? Noah siempre ha creído mucho en estos términos y estas cosas. Y bueno, me ha contado que se lo va a decir pronto. Solo está buscando el momento. Hasta ahora ha tenido unos cuantos, pero no se ha atrevido. Yo creo que debería apostar por él. Según me ha contado, es un chico especial y hace que sienta cosas que nunca había sentido. La hace sentir bien. La hace sonreír. La hace creer en la magia. Y, no sé vosotros, pero yo creo que cuando encuentras a alguien así, no has de dejarlo escapar. Es muy jodido pasarse la vida preguntándose qué hubiera pasado si se lo hubiera dicho.

Pero sí. Yo creo en la magia de Noah y en su valor. Y estoy segura que cuando se lo diga, va a haber una explosión de bolas de nieve y fuegos artificiales.